
Fernando Serrano

"Amor al teatro y disfruto sobre la escena. Esas pueden ser mis mejores virtudes. Si no se disfruta, no sale bien, y eso se nota mucho. "
Saludos a todos. Me llamo Fernando Serrano Melguizo, tengo 21 años y desde que con 9 añitos me subí a mi primer escenario en mi pueblo, Alcalá la Real (Jaén), no he dejado de amar este noble arte y a disfrutar con cada obrita o interpretación que he ido sembrando en mi camino durante estos años. Desde 2007, cuando protagonicé a un valiente y apasionado pingüino en la obra Aventuras en la Antártida, he actuado en otros montajes realizados por Alcalá Teatro, la asociación teatral de mi pueblo: No Quemes la Vida, El Tartufo, Las Mujeres de Mahoma, Los Siete Pecados Capitales y El Sí de las Niñas, una de las obras que más me han marcado a nivel emotivo, formativo y personal, y de las que más orgulloso estoy, tanto por la temática (clásico moralizante del s. XVIII sobre la libertad de la mujer) como por la calidad humana de aquella troupe.
Todo esto sucedió antes de que mi destino llevara mis pasos hacia la saludable y bella Málaga, adonde acudí en 2013 para estudiar Historia. En mi primer año de carrera conocí el grupo de teatro de mi facultad de Letras, ATUL, y una sustitución a última hora de la actriz principal hizo que pasase de ser acomodador a nada más y nada menos que a encarnar al detective Trotter, en el más alto y dorado de los clásicos de Agatha Christie, La Ratonera, en 2014.
Fortuna quiso que conociera también a otro grupo fantástico de teatro, Los Buenos Tratos, capitaneado por el genial dramaturgo Antonio Guerrero, con el que hago mi segunda obra del año en Málaga, Quiéreme Bien, ya en 2015, denunciando ante jóvenes estudiantes el machismo social, tanto el más evidente como el sutil y sibilino, no menos importante. La suerte me sigue sonriendo con otro estreno fantástico con ATUL, El Abanico de Lady Windermere, en la que sería la última dirección de su capitana, Mª Ángeles, que también nos dirigió en la breve obra Una Alternativa para Colate. Aunque apenas hacía ya nada para Alcalá Teatro, este año participé en Realidad o Fantasía, una obra basada en los sketches de José Luis Alonso de Santos, con escenas de humor blanco que hicieron reír bastante.
En 2016, con Los Buenos Tratos hacemos nuestro segundo montaje, esta vez con el título de Contigo, Conmigo, incidiendo de nuevo con dureza y humor en la violencia de género y en la igualdad como único medio para ser libres. Y llega otro momento histórico e inolvidable en mi trayectoria con ATUL, pues si era bien difícil superar el alto nivel y la calidad emocional de las obras anteriores, nos volvimos a superar con La Telaraña, de nuevo de Agatha Christie. Tuve el privilegio de dirigir esta obra y llevarla a buen término, para mi satisfacción personal y la del resto de mi familia teatral; no sé si fui buen director o no, pues por momentos confieso que me vino grande este proyecto, pero sí puedo asegurar que la alegría y felicidad de todos fue unánime. Con eso me basta y me sobra. Con Alcalá Teatro realizo este año un monólogo de humor y las obras Los Raros y 10 Años de Alcalá Teatro.
Entramos ya en 2017, donde participo en la cuarta “niña bonita” de ATUL, Actúa Como Puedas, dirigida por mi gran amigo José Miguel, al que conocí en el segundo montaje de Los Buenos Tratos. Creo que presentar a Josemi a ATUL ha sido de lo mejor que he hecho por esta gran familia. Precisamente, con el equipo de Antonio Guerrero hacemos nuestro tercer montaje, La Vida es Ella.
Y hasta aquí mi repertorio de grandes obras. También he sembrado mi camino con varios teatros de calle, improvisaciones, un recital poético de Espronceda, pasacalles, breves actuaciones en los festivales de teatro que organizó mi pueblo, y algún videoclip y cortometraje como Asesinato en Casa, o Julia, el más reciente. Tengo la espinita de no haber probado un musical o una obra trágica, pero espero resarcirme en un futuro.
Sin Alcalá Teatro, Los Buenos Tratos, y ATUL, que recientemente ha pasado a ser ATUMA, mi vida no sería la misma, y mi pasión por el drama ni existiría. Estos grupos me han aportado amigos y hermanos que nunca olvidaré, y de los que he aprendido y sigo aprendiendo tantísimo.
Recomiendo el teatro a todo el mundo. Podría ponerme pedante y decir que es poesía que se hace humana en escena, o que es música celestial dionisíaca que nos hace superar miedos y angustias…pero por lo que de verdad aconsejo el teatro es por cómo te hace encarar la vida, y cómo te llena esa vida de felicidad y de personas por las que bien vale dar la vida, como diría nuestro Quevedo. Ahora pienso en todos ellos, en esas semillas que me han acompañado en este camino teatral, y han germinado en lo que soy. Sólo tengo dos palabras para todos ellos, y sobre todo para nuestro ATUL…
…Os quiero.