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Jose Mata
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Hola soy Jose Mata (Jose Antonio Gómez Mata) y soy un actor novel apasionado por el noble arte de la interpretación. 
Ya desde pequeño tenía interés por las artes escénicas realizando, junto a unos amigos, el corto ¿Por qué? en el papel del vagabundo. Cuando cursaba geografía en la universidad, una amiga me convenció para apuntarme al grupo de teatro ATUL y desde entonces me cautivó de tal manera que no he parado de encarnar personajes diferentes. Mi primer papel fue en La Ratonera, de Agatha Christie, donde interpreté a Paraviccini, un personaje extraño, extranjero y todo un reto para mi ya que nunca me había subido a un escenario. Posteriormente interpreté a Colate en una adaptación del musical Hoy no me puedo levantar para una jornada de igualdad y exclusión social de la Universidad de Málaga. Unos meses más tarde hicimos la obra de El Abanico de Lady Windermere, donde debuté como codirector y además interpreté a Cecilio Graham, un personaje pintoresco y rebosante de picardía. Nuestra nostalgia por Agatha Christie nos llevó al grupo ATUL a realizar otra de sus obras: La Telaraña, donde hice del personaje Jeremy Warrendere, un lobo con piel de cordero que no fue lo que aparentaba ser durante la trama. Desde entonces no he dejado de encarnar personajes: Samuel en el microteatro Aire de París, Scrooge en la obra Los fantasmas de Scrooge basada en Cuento de Navidad de Charles Dickens, de Rubén en el cortometraje Soledad, un excéntrico director que monta una obra sobre la historia de la Mujer en la obra Evas, una pequeña participación (Mozo) en la obra Bodas de Sangre y el personaje de Javier en el sketch Embarazada de la obra Actúa Como Puedas del grupo ATUL.
Para el poco tiempo que llevo en el mundillo, el teatro, me ha enseñado una forma de vida, que siempre mira a la cuarta pared y que juega a contar mentiras y verdades. Nunca he dejado de recomendar su práctica porque es tan terapéutico y tan mágico que te permite encarnar vidas distintas a la tuya, una y otra vez, en épocas y perspectivas diferentes. Para terminar... hubo una vez una persona, a la que siempre apreciaré, que me dijo: “me pregunto que pasaría si un día entramos en una habitación a puerta cerrada, con un reto: quién juega mejor a esto de contar mentiras” Un humilde saludo. ¡Viva el Teatro!

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